A
Vinicio Franco se le vio tener una de sus últimas
actuaciones, ante un gran público,
en el 2015, cuando Gilberto Santa Rosa se
hizo acompañar de dos glorias del
merengue, él (Vinicio) y Joseíto
Mateo, durante la celebración de su
cumpleaños número 53 en el
anfiteatro Nuryn Sanlley.
Esa noche Vinicio “Mambo” Franco,
como se le conocía en
el argot musical, en ese entonces
con 82 años, conservaba
su garbo y elegancia al interpretar
el merengue, siembre señalado
con su largo dedo, lo que se
convirtió en una de
sus características
al cantar.
El Covid-19 apagó el
sábado la vida de uno
de nuestros grandes intérpretes
del merengue, ritmo en el que
se ganó el mote del “Mambo”,
por lo contagioso de su vocalización.
El artista llevaba una semana
ingresado en el hospital militar
Ramón de Lara, de la
capital.
Vinicio Franco muere en plena
Navidad, época en que
su voz volvía a la radio,
ya que él grabó el álbum “Merengues
Navideños” que
contiene “Llegó Noche
Buena”, “Aguinaldo
a la Sarandela” “Feliz
Navidad”, “Brisas
de Navidad”, “Antares
de Navidad” y “Alegría
navideña”, entre
otros.
Su niñez
Vinicio Antonio Franco Rodríguez nació en
Puerto Plata, el 14 de septiembre 1933. Creció con
el dolor de no haber conocido a su madre, Carmela García.
Su padre era maestro constructor,
regularmente era llamado por
el dictador Rafael Leónidas
Trujillo para que formara parte
del equipo de importantes construcciones
como La Toma de San Cristóbal
y el hospital Heriberto Peter.
Teniendo Vinicio dos años,
su padre que ya había
formado otra familia en Santiago,
fue arrancado del lado de su
madre y fue criado en Santiago
junto a su madrastra y su padre.
“Nunca vi a mi mamá,
no la conocí porque
cuando mi papá me llevó con él,
apenas tenía dos años
de edad”, le confesó a
Ramón Pastrano en una
entrevista en el desaparecido
programa televisivo “Formalmente
informal”. Solo la vio
en una fotografía que
le facilitó un familiar.
En la música
Durante su niñez su papá le regaló una
guitarra, a pesar de que éste nunca tuvo de acuerdo
con su decisión de ser cantante o músico.
Cuando tenía 15 años
llegó a la capital para
trabajar junto a su padre en
la construcción del
hospital Doctor Heriberto Peter.
En la capital comenzó a
visitar bares, en los que se
ofrecía para ayudar
a los cantantes de moda.
Así que de vez en cuando
le permitían cantar
y le pagaban con bebidas alcohólicas,
las que luego cambiaban por
dinero.
Un día el cantante
de la orquesta de planta del
bar Yubirí se emborrachó,
no pudo cantar, y a Vinicio
le pidieron fuera a reemplazarlo
esa noche, y así se
inició en la música.
“Un día el barbero
de Petán (José Arismendy
Trujillo, hermano del dictador)
llegó al bar a verme
cantar y me propuso que fuera
a visitar a Petán a
La Voz Dominicana”, relató.
Al día siguiente Vinicio
fue probado por Radhamés
Reyes Alfau (asesor de Petán)
y fue contratado para que estudiara
canto y teatro, con un salario
de 125 pesos.
Cuando Joseíto Mateo
salió de la Super Orquesta
San José (la orquesta
de Petán), que dirigía
Papa Molina, Vinicio Franco
entra como cantante a principios
de los años 50, ganando
un sueldo de 200 pesos.
Trayectoria
El merenguero tuvo una carrera con 66 años de trayectoria.
En la orquesta de Antonio Morel grabó sus primeros
merengues: “Apágame la vela”, escrito
por Bienvenido Brens, y “Los algodones” y la
salve “Oye nena”.
“Siña Juanica”,
merengue de Félix López
con Armando Beltré y
Rico López, fue otro
de sus aciertos.
Vinicio formó el cantante
principal de la orquesta del
maestro Rafael Solano, según
dijo estuvo con Solano 46 años.
Con Solano viajó diferentes
países “En la
orquesta de Solano grabé el
merengue “El caderú”,
fue con ese merengue que empecé a
utilizar el dedo porque era
que mi papá me decía
tú eres medio caderú… y
a mí no me gustaba que
papá me dijera así”,
relató.
En sus merengues a Vinicio
también se le escuchó llamar
a los bueyes: “Ceja dame
gusto”, “Venga
redondo bolefuego...”.
El artista grabó más
de 460 merengues en sus años
de carrera, matizada por años
gloriosos en su voz con orquestas
de primer nivel a mitad del
siglo XX.
Vinicio Franco registró 66
años de carrera, en
los que fue contemporáneo
de Francis Santana, Joseíto
Mateo, Luis Vásquez
y Frank Cruz.
Otros temas que se conocen
son el “Gallito pinto”, “Alevántate”, “La
pela de Juana”, “Dolores”, “A
lo oscuro”, “Soñar”, “El
pichoncito”, “El
alfiler”, “Siña
Juanica”, “Mensaje”, “Dueña
de mí”, “Leña”, “La
yuca”, “La maricutana”.
Con Johnny Ventura participó en
la grabación del tema “Ah,
yo no sé, no”,
de la autoría de Johnny
Ventura y Mundito Espinal.
A Vinicio Franco le sobrevive
su esposa Florencia Rosario
y seis hijos.